LUCE
Tras una profunda observación a través de múltiples paseos por el barrio durante meses, el artista descubre dos lugares muy simbólicos de la desidia y el abandono institucional que tanto sufre este territorio, y procede a intervenirlos a través del texto, de manera sútil y respetuosa con el contexto.
DESDE SAN CRISTÓBAL DE LOS ÁNGELES
En primer lugar, Luce se encuentra con unas barras de hierro que sirven como medida de contención de una pared de hormigón. Estas varillas deberían haber sido cortadas al terminar los trabajos, pero no fue así, y quedaron sobresaliendo del muro, incluso retorcidas en algunos casos. Un bello gesto de dejadez: trazos cortos señalando en todas direcciones que junto al óxido, la vegetación o una portería dibujada en la pared… lo convertían en un buen rincón.
En base a estos elementos el artista decide crear unas letras del mismo diámetro que las varillas e instalarlas soldadas sobre las mismas. En concreto, las palabras son todas las preposiciones (a, ante, cabe, con…) y el nombre de San Cristóbal de los Ángeles, en un acto de posicionar al barrio y hacerlo de manera positiva y poética, y de transmitir de un modo plural todo lo que allí ocurre. Esta intervención se llevó a cabo con la inestimable colaboración del artista Lebrel.
ESPACIO EN BLANCO
El segundo hallazgo fue una valla que en su momento anunciaba las obras de reparación de un edificio cercano, que suponemos fueron realizadas hace mucho tiempo, puesto que las letras y el contenido apenas eran ya visibles: el sol y el paso del tiempo habían hecho que se desvanecieran.
Luce decidió continuar escribiendo, de alguna manera, también en esta intervención, algo que enlaza claramente con su línea de trabajo ligada a la escritura, proveniente posiblemente de su vínculo con el graffiti. De tú a tú con la valla, escribió sobre ésta, taladrando una serie de frases cortas con diferentes alusiones: “Espacios en blanco”, “Llegar hasta aquí”, “SC de los Ángeles”, “Entre carreteras”. Su lectura es tán sútil que depende de la incidencia de la luz en la trasera de la valla, por lo que la hora del día y la posición de la persona frente a la valla condicionan la apreciación de la intervención, alcanzándose incluso, en un determinado momento, un efecto de reflejo de las palabras sobre las superficie del cuerpo de una persona o de un objeto.
De nuevo, la mirada atenta y sutil del artista transforma estos espacios abandonados, conviertiéndolos en lugares poéticos.
LUCE (Valencia)
Transforma, juega e interactúa con el espacio público, buscando los límites de las prácticas artísticas y los lugares más recónditos e inadvertidos de la ciudad.